Hotel Finca Victoria
Finca Victoria fue el proyecto personal de una familia de origen belga que se enamoró de la Costa Brava.
La familia construyó la finca como un lugar de encuentro, donde las puertas siempre estaban abiertas y donde la calidez de la hospitalidad no tenía fin. La finca se convirtió en un punto de reunión para almas inquietas y curiosas: artistas, políticos y amigos, atraídos por el encanto del lugar y el deseo de descubrir y pasarlo bien. Sus fiestas duraban días, y quienes pasaban tiempo en la finca podían experimentar momentos de profunda paz y desconexión.
Recientemente, dos familias catalanas, encabezadas por la madre Victoria, adquirieron la finca con el objetivo de mantener ese legado. Dicen que Victoria era una persona especial, con una generosidad que tenía algo de mágico.